La sociedad instaló a partir de la voz misma del estado un discurso, cuidadosamente construido y aceptado por acción o por omisión, que se dio a conocer como “la teoría de los dos demonios” y que tenía por finalidad repartir las “culpas” de esa violencia política entre los militares golpistas y el accionar revolucionario gestado en los años sesenta y exacerbado en los setenta. Sin revisarse las responsabilidades que le cupo al grueso de la comunidad por dar sostenimiento y respaldo a las formas represivas que encontró el estado burocrático autoritario de la llamada “revolución argentina” en los años sesenta, ni al “terrorismo de estado” de los setenta.
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1 comentario:
Finalmente pude sentarme a leer este trabajo tuyo que tanto me interesaba.siempre leí más sobre montoneros.Me resulto un tratamiento muy cuestionante del tema, sobre todo en el analisis de las rupturas, me gustaría leer esa segunda parte que anuncias.Me dejo preguntandome muchas cosas...gracias.
norma
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